... En Europa las primeras nociones e informes de prácticas acupunturales parecen haberse iniciado a mediados del s. XVIII. En el pasado, el debate sobre si la acupuntura era verdaderamente eficaz o sólo un placebo, ha sido tema de arduas discusiones científicas, médicas y filosóficas. En la segunda mitad de s. XX, en Europa se realizaron varias teorizaciones científicas para explicar los procesos fisiológicos involucrados en la acupuntura. Corresponde mencionar, por lo menos, la teoría de Pinchevsky, y la teoría del médico sueco Nordenstrom.
Los científicos han efectuado revisiones más recientes de ensayos clínicos existentes según los protocolos de la medicina basada en la evidencia. Un estudio científico publicado en el British Medicine Journal, encontró evidencias de su eficacia en el tratamiento del dolor con mujeres embarazadas, así como para las náuseas y el dolor de espalda y para la mayoría de dolores crónicos.
De manera general, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce a la acupuntura como complemento eficaz para un variado espectro de enfermedades, especialmente de carácter crónico. Por otra parte, este tipo de terapia implica para el paciente el poder reducir la ingesta de fármacos así como significa una ayuda para la reducción del dolor en procedimientos quirúrgicos.
La técnica de la Acupuntura no es inocua, por lo que la OMS indica que la acupuntura solo debe realizarse bajo supervisión de un médico titulado que haya cursado capacitación superior en Acupuntura. Según esta misma organización, dada la "acción reguladora" de la acupuntura, es difícil establecer contraindicaciones absolutas para esta forma de terapia. Sin embargo, por razones de seguridad, hay que evitarla en diversas situaciones, así como debe aplicarse con precaución en otras. La acupuntura puede inducir el parto en caso de embarazo, y se han de aplicar precauciones en urgencias médicas, afecciones quirúrgicas, tumores malignos y trastornos hemorrágicos
La OMS ha publicado documentos y guías para animar los estudios clínicos de esta disciplina médica como un camino para validar la acupuntura, mejorando su aceptación por la medicina moderna y así extendiendo su uso como una efectiva opción terapéutica. En esta línea, la propia OMS divulga resultados de ensayos clínicos desde hace varios años. Desde 1979 reconoce la acupuntura como eficaz para el tratamiento de al menos 49 enfermedades y desórdenes, lista que se ha ampliado gracias a la investigación en los años siguientes. Actualmente está siendo también objeto de estudio la influencia de la acupuntura sobre el sistema nervioso, las glándulas endocrinas, etc.
La definición y la caracterización de los puntos de inserción de las agujas está estandardizada actualmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) mediante una nomenclatura estandarizada que agrupa a las grandes tradiciones de la acupuntura, aunque no se corresponde completamente con un sólo patrón de puntos tradicional.
En 1998, la acupuntura fue avalada en los EE.UU. por un consenso nacional publicado en el Journal of American Medical Association, concluyendo que en algunas dolencias, puede resultar beneficioso. Otros estudios en cambio muestran lo contrario al elevar su eficacia por encima de los tratamientos convencionales.
En 1999 en México, se abre el primer postgrado universitario -Especialización en Acupuntura y Fitoterapia- en la Universidad Autónoma Metropolitana para formar recursos humanos con formación previa en medicina ortodoxa para la aplicación de la acupuntura moderna basada en evidencias y en experimentación científica. Recientemente en el año 2010 el Instituto Politécnico Nacional aprobó mediante el CINESTAV el postgrado: "Especialidad en Acupuntura humana".
En América del Sur, el año 2003 La Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago de Chile comienza a impartir el primer Curso de Post grado del Cono Sur,"Diplomado de Medicina Tradicional China con Mención en Acupuntura". El 2011 en la misma universidad se autoriza el "Post Título en Acupuntura". El año 2007 el neurólogo chileno Alex Flores, organiza los primeros "Servicios de Acupuntura" Hospitalarios integrativos, funcionando a la par con el equipo de salud oficial, en los Hospitales de Carabineros, Militar y Dipreca de Santiago de Chile. Los Institutos de Medicina Tradicional China: Nacional, Latinoamericano, Internacional y San Bao de Chile comienzan a impartir la enseñanza de esta medicina según los lineamientos de la OMS. El año 2008 el Ministerio de Salud de Chile a través del Decreto Supremo N° 123 reconoce y regula oficialmente el ejercicio de la Acupuntura en el país.
La Organización Mundial de la Salud, el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa (NCCAM en inglés) del Instituto Nacional de la Salud NIH, en Estados Unidos o La Asociación Médica Americana (AMA) han elaborado informes al respecto. La Acupuntura por tanto está siendo situada en Occidente como una opción terapéutica indicada para un abanico determinado de dolencias y se imparte actualmente con normalidad como Master en las principales universidades de Europa y Estados Unidos. Actualmente, la acupuntura es ofertada como prestación sanitaria, dentro de los sistemas nacionales de salud en China, Vietnam y Cuba.
El 16 de noviembre de 2010, la UNESCO declaró la Acupuntura y la Moxibustión chinas como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
De acuerdo con la concepción china, la energía vital (ch'í, o qi) fluye por el cuerpo a lo largo de meridianos, canales o vías de comunicación, llamados en chino king. El número de king ordinarios es correlativo al de los doce órganos, más los dos vasos extraordinarios permanentes: el de la concepción (en la línea media corporal frontal), y el vaso gobernador (en la línea media corporal dorsal), además de los llamados extraordinarios.
Mediante la inserción de finas agujas en puntos específicos (llamados en chino xue) de cada meridiano, se equilibra la energía trastornada en el órgano que lo rige. Tenemos 361 puntos dentro de los 14 meridianos, llamados Jing Xue; también existen puntos fuera de los meridianos o puntos curiosos, llamados Qi Xue; y, finalmente, los puntos dolorosos o Ashi Xue.
En total, la medicina tradicional china identifica doce meridianos o vías de comunicación principales que se corresponden con los órganos vitales del cuerpo humano: pulmones, intestino grueso, intestino delgado, bazo-páncreas, corazón, riñones, vejiga, sistema cardiovascular, vesícula biliar, hígado, vaso de la concepción, vaso gobernante y triple calentador.
La medicina tradicional china distingue órganos de vísceras: los órganos difieren de las vísceras por el hecho de que la ablación o lesión masiva de las vísceras no provoca el inmediato deceso, mientras que la ablación o lesión masiva de los clasificados como órganos implica la casi inmediata muerte del individuo; de tal modo el corazón está clasificado como órgano, y el estómago como víscera.
El trastorno de un órgano o víscera puede producirse por la incidencia tanto de factores externos como internos que pueden desembocar en enfermedades. La teoría tradicional china considera que la enfermedad es un desequilibrio de las dos modalidades de la citada ch'í: la modalidad yin, y la modalidad yang (vea yin-yang); la operatoria sobre los puntos acupunturales intenta reequilibrar la energía, ya sea estimulando en los puntos, o -por el contrario- produciendo depresión en estos.
Para llegar a un diagnóstico, aparte de un extenso interrogatorio, también se lleva a cabo una precisa observación de la lengua, el pulso y el aspecto general del cuerpo. Los expertos en acupuntura utilizan la pulsología como método de diagnosis: de acuerdo a este sistema, cada órgano y cada víscera tendría una pulsación específica en tres modalidades (superficial, media y profunda).
La acupuntura es apropiada para el tratamiento de un amplio abanico de patologías, destacando su uso en hernia discal, alergias, procesos inflamatorios o infecciones gripales, entre otras afecciones, es además importante destacar su uso como analgésico, e incluso para reducir el dolor en procedimientos quirúrgicos.
Las agujas de acupuntura son desechables (de usar y tirar) por lo que no existe ningún riesgo de contagio de enfermedades de un paciente a otro.
Todas las agujas constan de un palito fino que termina por un extremo con punta afilada y por el otro tiene un refuerzo que permite hacer manipulaciones una vez la aguja ha sido insertada.
Las agujas están fabricadas con diferentes materiales, y tienen diferentes tamaños, formas, grosor y longitudes. En tiempos remotos las agujas eran de piedra o madera. En la actualidad las más usadas son de acero inoxidable, aunque también las hay de otros metales como oro y plata, a los que se atribuyen distintos efectos terapéuticos: el oro estimula, mientras que la plata tiene poder sedante.
Las agujas pueden tener forma filiforme, en "flor de ciruelo",… etc. Las filiformes tienen una longitud que va desde 1,2 cm a 12 cm, y un diámetro que puede ir desde ¼ de mm hasta medio milímetro. Por su parte, la aguja en "flor de ciruelo" está constituida por 5-7 agujas reunidas en un único soporte, del que arranca un palito largo que hace las veces de empuñadura.
Las agujas pueden penetrar desde unos milímetros hasta varios centímetros; su longitud y grosor varía dependiendo de una variada y compleja combinación de factores: dependiendo del paciente y de su reactividad (niño, adulto, anciano), de su constitución (delgado, gordo, obeso), la zona que vaya a ser punturada (extremidades, tronco, cabeza, oreja), del efecto que se busque (regulación funcional, sintomática, alivio del dolor agudo, crónico y su localización), de la técnica de manipulación que se emplee (simple, compleja) y metodo (moxibustión, electroterapia, láser).
La colocación de la aguja puede seguir distintas direcciones (perpendicular, con un ángulo de 45º, casi horizontal…), ello depende del punto elegido para la intervención y de la naturaleza de la enfermedad.
Debido a la extrema finura de las agujas y a la pericia del acupuntor, el paciente no percibe cuando aquel se las inserta en la piel, independientemente de que se las introduzca a unos milímetros o a varios centímetros de profundidad, de manera que ésta dependerá de la región anatómica en la que se realice. Por ejemplo, en los puntos situados en las cuatro extremidades, la profundidad que puede alcanzarse es del orden de 1-3 cm o más, como es el caso del punto 36 del canal del estómago, situado aproximadamente a un dedo (de ancho) de la cresta anterior de la tibia; en este punto la profundidad puede variar de 2,5 a 5 cm. Estos mismos valores pueden alcanzarse en la región lumbosacra, mientras que en la cabeza y en la cara, donde las masas musculares son delgadas, las aplicaciones de acupuntura deben ser muy superficiales.
La profundidad y el grosor de la aguja que se inserte también depende de las reacciones del paciente (niño, adulto, anciano), así como de su constitución (fuerte, delgado, grueso,…), del problema a tratar (alivio de dolor, regulación funcional,…), del método complementario (moxibustión, electroterapia,…) y de la manipulación que vaya a hacerse con la aguja.
Si la aguja ha entrado correctamente en el meridiano, resultará que durante la manipulación de la misma, el paciente experimentará alguna sensación de calor, calambre,… etc. ya sea en el mismo punto de inserción de la aguja o incluso en una zona alejada de éste a lo largo del meridiano asociado. Esta sensación se debe a la llegada del Qi al punto de inserción.
El efecto de excitación o de depresión en el punto puede conseguirse mediante las oportunas manipulaciones de la aguja (bajar o levantar la aguja, rotarla, torcerla, hacerla vibrar,… etc.), son operaciones que requieren una enorme sensibilidad y sobre todo una seguridad total en relación al resultado que se desea obtener, según la enfermedad o el síntoma sobre el que se pretende actuar. La aplicación de la aguja puede durar minutos u horas, dependiendo de la enfermedad que se trate.
Con el fin de potenciar los efectos curativos de la aguja, se suele aplicar calor (moxibustión) al punto de inserción mediante las llamadas moxas que son puros o conos de artemisa encendidos y colocados sobre el punto o en el mango de la aguja, dejando que se consuman totalmente. Se suele producir –a corto o medio plazo- una suave sensación de bienestar con la consiguiente mejora del estado de ánimo del paciente.
Se han introducido cambios en la técnica clásica, consistentes en el empleo de la fonoforesis (en lugar de aplicar la aguja se aplica un vibrador de punta roma) y de la electroacupuntura (o electropuntura) que consiste en aplicar una corriente eléctrica a la aguja una vez que ésta ha sido introducida en la piel, pasando la corriente a través de la aguja. Se utiliza fundamentalmente como analgésico para todo tipo de dolores, aplicándose también para paliar los dolores durante el parto, así como anestésico para algunas operaciones, incluso en las cesáreas, evitando por un lado los efectos secundarios que provocan las anestesias y propiciando la rápida reanimación del paciente.
La anestesia acupuntural ha sido considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como uno de los cinco grandes logros conseguidos por la Medicina Tradicional China a través de sus múltiples investigaciones científicas.
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